Para tratar la piel de la novia de cara al día de la ceremonia, es importante elegir los productos con aquellos activos cosméticos más efectivos y apropiados para sus necesidades, no sólo aliviando afecciones actuales, si no también previniendo posibles problemáticas futuras.
Los cuidados de la piel antes de una boda no tienen porqué ser solo a corto plazo; en cosmética, como en otros ámbitos, es mejor prevenir que curar. Por esa razón, la cosmética del futuro será una cosmética preventiva, que desde edades más tempranas aporte a la piel los elementos activos necesarios para afrontar el paso del tiempo en buenas condiciones, siendo los más importantes los productos de protección solar para prevenir el fotoenvejecimeinto de la piel.
Cosmecéuticos del futuro
En la actualidad, se utilizan cada vez más en tratamientos estéticos y como coadyuvantes en tratamientos médicos-estéticos los denominados cosmecéuticos. Estos productos, a caballo entre la cosmética tradicional y la medicina, no curan directamente las afecciones, pero embellecen la piel y sus ingredientes activos tienen ciertos efectos positivos sobre la piel:
– Evitan la deshidratación de la piel.
– Restituyen las moléculas estructurales.
– Activan los procesos metabólicos (por ejemplo, estimulan la formación de células).
Pero los cosmecéuticos no pueden actuar por sí solos: mientras se estudia su actividad en el laboratorio, ésta se analiza in vitro; sin embargo, su aplicación in vivo sobre la piel se encuentra con el obstáculo de la barrera de la piel. Por esa razón, es necesario combinar la administración de los cosmecéuticos con su aplicación mediante aparatología o tratamientos médico-estéticos coadyuvantes, de manera que se consigue disminuir la barrera y favorecer la penetración del producto.
Principios activos cosmecéuticos
En la creación de cosmecéuticos se combinan toda una serie de activos innovadores de última generación, formulando ingredientes naturales o sintéticos en formas cosméticas y presentados con aspecto de medicamento.
– Ácido hialurónico: este componente, presente en el propio cuerpo humano, es el responsable de mantener los tejidos perfectamente hidratados, gracias a su gran capacidad de retención del agua. Cuanto más hidratada mantengamos la piel, mejor será la absorción de otros activos que le podamos aplicar.
– Extractos vegetales: desde la centella asiática al aloe vera, pasando por el extracto de semillas de uva, el ginkgo biloba, la baba de caracol o los aceites regeneradores de argán y rosa mosqueta, estos ingredientes son estimulantes de la población de fibroblastos, por lo que aumentan el contenido de colágeno y elastina, y ejercen una acción de efecto tensor flash.
– Aminoácidos y péptidos: como el acetyl hexapeptide-3, actúan de mensajeros y favorecen la unión entre las células, fortaleciendo el cemento intracelular y mejorando así el aspecto de la piel. Asimismo, estimulan células como los fibroblastos para aumentar la síntesis de colágeno y elastina, reafirmando y tensando la piel, además de ejercer un efecto descontractor como el del botox.
– Activos despigmentantes: inhiben la formación de la melanina, disminuyendo así las manchas y pigmentaciones más oscuras y uniformizando el tono de la piel. Son ingredientes como el ácido kójico, el ácido azeláico, la vitamina C en altas concentraciones, o el ácido glicitérrico, entre otros.
– Vitaminas y antioxidantes: como el beta-caroteno, el ácido alfa-lipóico, el resveratrol procedente de la uva, el picnogenol del pino, la coenzima Q10, el té verde, el licopeno, la granada, la curcumina, las vitaminas C y E, etc., nutren la piel y la protegen ante las agresiones externas.
– Hidroxiácidos: como el ácido salicílico, los alfahidroxiácidos (AHA) o los ácidos frutales (glicólico, láctico, málico y azeláico), tienen efectos antienvejecimiento y pueden tratar múltiples patologías de la piel, desde el acné y sus secuelas a la dermatitis seborreica o las alteraciones en la pigmentación, entre otras.
– Renovadores celulares: son células madre de origen vegetal con acción antioxidante, protectora del ADN y despigmentante. Se extraen de una gran variedad de ingredientes, como el grano de trigo, la frambuesa, el café, la manzana suiza, la flor de loto o el alga erymgium, entre muchos otros.
Cosmetogenómica
La conocida como cosmetogenética o cosmetogenómica se podría definir como la aplicación en cosmética de los avances de la genética. Esta ciencia ha avanzado mucho en las últimas décadas y los estudios del genoma humano y del ADN abren grandes posibilidades en el campo de la ingeniería genética humana. Las investigaciones sobre el genoma podrían conducirnos a conocer cuáles son los genes responsables del envejecimiento celular de los tejidos, utilizando la ingeniería genética para intervenir en esos genes y así retrasar o inhibir el envejecimiento celular del tejido de la piel.
Por otro lado, actualmente sabemos que los agentes externos en contacto con nuestra piel originan, también, reacciones a nivel genético, dando lugar a cambios en la expresión de nuestros genes. Y son estos cambios en la expresión genética los que desencadenan las reacciones a nivel químico, celular y también a nivel fisiológico. Ahora podemos estudiar los perfiles de expresión genética de nuestra piel tras el contacto con agentes externos, y los cosméticos son unos agentes externos que se aplican a diario en nuestra piel.
La cosmetogenómica posibilita analizar la influencia de los cosméticos sobre la expresión genética de nuestra piel. Su objetivo final es que, gracias al conocimiento de la expresión genética de nuestra piel, se posibilite la selección personalizada de cosméticos.
La respuesta genética
Después de la aplicación de un agente extraño en nuestra piel, incluido el cosmético, la respuesta genética es la siguiente:
a. Recepción del estímulo por parte de los receptores celulares.
b. Transducción de la señal hacia el interior de la célula mediante cambios moleculares.
c. Recepción por parte de las secuencias reguladoras del ADN.
d. Activación y/o represión y/o modificación de la expresión o composición de determinados genes para hacer frente a esta nueva situación.
Por tanto, si los cosméticos influyen en la expresión o modificación de los genes, el conocimiento de la expresión genética y de las respuestas concretas de ésta ante un determinado cosmético permitirá personalizar los cosméticos. Es decir, analizando la expresión genética de la piel de cada persona, se podrá formular el cosmético que mejor se adapte a las necesidades de esa piel. Por ejemplo, se podría hacer resistente al daño provocado por los radicales libres, que protegiera mejor de las agresiones ambientales, de los rayos solares, etc. Un panorama muy prometedor para la nueva generación cosmética.
Gemma Prudencio
Farmacéutica Cosmetóloga ANTIAGING STORE
Centro de estética María Victoria Escalona.
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