La Importancia del Cuidado Corporal

La Importancia del Cuidado Corporal

El cuerpo es el gran olvidado de los tratamientos cosméticos. Durante el invierno lo escondemos y durante el verano lo sometemos a todo tipo de agresiones.
El cuerpo es el gran olvidado de los tratamientos cosméticos. Durante el invierno lo escondemos y durante el verano lo sometemos a todo tipo de agresiones.
El cuerpo es el gran olvidado de los tratamientos cosméticos.
Durante el invierno lo escondemos y durante el verano lo sometemos a todo tipo de agresiones.
Aunque la piel del cuerpo está más protegida que la del rostro no por ello se libra de los efectos del clima y las sustancias químicas.
Los hábitos de vida sanos, la exfoliación, la hidratación y la constancia son los requisitos fundamentales de cualquier método integral de belleza corporal.
La llegada de la primavera nos recuerda los excesos a los que hemos sometido a nuestro cuerpo durante el periodo invernal y es también el momento ideal para comenzar a cuidarlo y ponerlo a tono. Los rayos solares, el viento y el frío así como las aguas y los jabones resultan muy agresivos para la piel del organismo, factores negativos a los que se añaden los cambios de peso, el embarazo y la ausencia de regularidad en los cuidados.
Consejos:
1. Utiliza una crema extra hidratante, si tu piel se seca en esta estación más que en las anteriores.
2. Aplícate mascarillas hidratantes adecuadas para tu tipo de piel, aunque tu piel sea grasa hay formulas libres de aceites ideales para hidratar y cuidar ese tipo de piel.
3. Utiliza una base de maquillaje en todo el rostro, además de su función de unificar el tono de piel, te ayudará a proteger el rostro de las agresiones externas.
4. No olvides salir de casa sin el bálsamo labial, en invierno los labios sufren mucho por lo que recuerda exfoliártelos una vez a la semana e hidratarlos por la mañana (antes de maquillarte) y por la noche. 

El mejor tratamiento de belleza corporal es pues -y desde luego el primer pasó en cualquier sistema o método que se siga- la higiene. Una buena limpieza no sólo proporciona una sensación física placentera sino que es también la vía para prevenir infecciones dérmicas. Las normas de higiene corporal deben enseñarse desde la infancia. Convertirlas en un hábito es sencillo si se comienza desde las más tempranas edades.